10 de diciembre de 2008

Propuesta de lectura

Un compañero, Cristian Loscalzo, nos recomendó:


Dolina, Alejandro. Crónicas del Angel Gris. – Edición corregida y aumentada ilustrada por Hermenegildo Sábat. – Buenos Aires: Colihue, 2007. – 280 p. – ISBN 978-950-58l-270-7


Disponible en Biblioteca. Ubicación 821.3(8) / DOL


Fragmentos del libro Crónicas del Angel Gris:


Apuntes del fútbol en Flores
“En un partido de fútbol caben infinidad de novelescos episodios.
Allí reconocemos la fuerza, la velocidad y la destreza de los deportistas. Pero también el engaño astuto del que amaga una conducta para decidirse por otra. Las sutiles intrigas que preceden al contragolpe. La nobleza y el coraje del que cincha sin renuncios. La lealtad del que socorre a un compañero en dificultades. La traición del que lo abandona. La avaricia de los que no sueltan la pelota. Y en cada jugada, la hidalguía, la soberbia, la inteligencia, la cobardía, la estupidez, la injusticia, la suerte, la burla, la risa o el llanto.
Los Hombres Sensibles pensaban que el fútbol era el juego perfecto, y respetaban a los cracks tanto como a los artistas o a los héroes…”


El tipo que pasaba por ahí
Suele ocurrir en los equipos de barrio que a la hora de comenzar el partido faltan uno o dos jugadores. Casi siempre se recurre a oscuros sujetos que nunca faltan en la vecindad de los potreros. El destino de estos individuos no es envidiable. Deben jugar en puestos ruines, nadie les pasa la pelota y soportan remoquetes de ocasión, como Gordito, Pelado o Celeste en alusión al color de su camiseta. Si repentinamente llega el jugador que faltaba, se lo reemplaza sin ninguna explicación y ya nadie se acuerda de su existencia.
Pero una tarde, en Villa del Parque, los muchachos del Ciclón de Jonte completaron su formación con uno de estos peregrinos anónimos. Y sucedió que el hombre era un genio. Jugaba y hacía jugar. Convirtió seis goles y realizó hazañas inolvidables. Nunca nadie jugó así. Al terminar el partido se fue en silencio, tal vez en procura de otros desafíos ajenos.
Cuando lo buscaron para felicitarlo, ya no estaba. Preguntaron por él a los lugareños, pero nadie lo conocía. Jamás volvieron a verlo.
Algunos muchachos del Ciclón de Jonte dicen que era un profesional de primera división, pero nadie se contentaba con este juicio. La mayoría ha preferido sospechar que era un ángel que les hizo una gauchada. Desde aquella tarde, todos tratan con más cariño a los comedidos que juegan de relleno.


Más información sobre Alejandro Dolina visitá http://www.elnegrodolina.com.ar/home_angel_gris.php

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Susana,gracias por acordarte del libro y por ponerlo en el block, la verdad es un autor que me encanta y espero que puedn difrutarlo. Christian

Susana dijo...

Bienvenido!!!
Gracias por participar.
Hasta pronto!
Nos vemos en la Biblio.
Susana